miércoles, enero 14, 2004

El futuro vendrá del oeste

con el camino solícito
ante la rauda calma
corre la sangre tras su sangre
como el río hace del agua
y soy el huésped mas inicuo
de mis voluntades

siento muy dentro mío
un estallido abrirse paso
y no hay olvido ni encanto
que pueda contra el escarnio
de ser único testigo
en cada juicio que abro

las noches que degarro
no han logrado ni una estrella
pétreas lágrimas
de cientos de pasados
y cada minuto
que gano al desconsuelo
la pierdo ante el desamparo

apunto mis quimeras tan anónimo
para que de ellas
haga el viento del este
mientras el tiempo y su tic tac
hacen usura
y conjuran los pavores como mimos
destiñendo el rostro con las huestes
indisolubles del recuerdo

no obstante vaticino
el futuro vendrá del oeste
de manos de una mujer
que veré llegar por mi ventana
con la nariz contra el vidrio
pese al obice empaño
de la espera madrugada