viernes, agosto 12, 2005

Ni nunca

        Siempre me gusta volver a Marito. A sus brazos estirados llamando, a su sabor a costa y piernas, a su destierro íntimo y al obligado. Es un poco el sabor de la infancia, el sentimiento humano y el barrio. Volver, quitándose los sobretodos de términos o álgebras; volver a leer sobre el hombre, con el optimismo que se esconde (qué él nos esconde a medias, como jugando con niños para dejarlos ganar) bajo las miserias del mundo, las relaciones y el pensamiento.

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino

y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.



        No te salves, Mario Benedetti (en "Poemas de otros")

2 Comments:

Blogger Guadalupe said...

imposible no volver a esos versos salados.

3:50 p. m.  
Blogger Lu.- said...

Amo Benedetti.... todo lo que lea de él siempre me va a gustar.

12:08 a. m.  

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