jueves, febrero 03, 2005

Chau, hasta mañana

        Hoy hablé un rato con Anouk y se despidió así como titulo en este post: "chau, hasta mañana". Verdaderamente hace mucho tiempo que alguien no me saludaba de esa forma, salvo en broma o cuando al otro día debemos encontrarnos por algo pautado, agendado, como un trabajo o ir al colegio.

        Pero lo de Anouk era diferente hoy, y me puso un poco triste. Ella tampoco saluda diciendo eso seguido, y me contó que este día le había sido un poco difícil. Creo que saludó como saludó para exorcizar al mañana, no al futuro metafísico, sino al mísero, cercano día de mañana, sencillo y habitual. O, mas bién, quiso cerrar definitivamente éste invocando al día de mañana. No era una cita para mañana (porque con Anouk no necesitamos citas, ni mañanas, sino muchos ayeres entre mates, debo decirlo) sino un deseo. Y esos deseos, en la gente que quiero, a veces me provocan una sensación imposible; como de tristeza mía, verdadera, si es que las mías alguna vez lo son.

        Ahora me acuerdo que yo saludaba a mis papás diciéndoles siempre "chau, hasta mañana", y lo mismo hacía con mi hermana y ella con ellos. No estoy seguro de si era una cita para mañana, con el extraño temor que le tenemos de chicos (como lo tendremos seguramente de viejitos) a la noche y sobretodo al no despertar, a morir; o si era tan sólo un deseo, un deseo diferente al de Anouk porque ella quiere cerrar el día de hoy, cargado de mierda, y yo, cuando dije allá a lo lejos "chau, hasta mañana pá", lo hice seguramente como para que se repitan constantemente y no haya ni ayer, ni hoy, ni mañana.

        Y es diferente, además, porque Anouk y yo ahora sabemos del engaño, porque los días siempre son iguales, siempre son ayer y mañana. No nos juzguemos, el derecho al olvido es la otra parte de la obligación por la felicidad. Y como perdimos el olvido constante de los niños, que es felicidad, y perdemos a veces la felicidad de ahorita, la pasajera, decimos bien concientes y trampeando: "chau, hasta mañana Anouk".

1 Comments:

Blogger Anisett アニセット said...

Qué puedo agregar, roger. Está todo dicho. El tiempo es un juego que odiamos tener que jugar. Pero está ahí todo el maldito "tiempo".
Y no queda otra que jugar. Gracias por ser el espejo.

10:14 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home