"Y... dejala"
Me importás, y lamentablemente me importa que no te importe un carajo.
        ¿Por qué muchas personas temen la confrontación? ¿Qué es lo que las palabras tienen de peligroso para intentar descubrir nuestros sentimientos? No encuentro nada más maravilloso que una palabra para decir/me mi adentro, así como no hay algo tan exacto como un beso para decir "te quiero", o un abrazo para un "acá estoy".
        Y entonces no encuentro explicación a la gente que rehúsa a hablar los temas que son de uno, pero que incumben enroscadamente al otro; como todo en esta vida, enroscado, la letra y el habla, a veces, nos ayudan a estirar ese rollo que se nos hace en el pecho y que tiene la cara enmarañada de todas las personas que se mezclan y se confunden.
        Y me resulta casi insoportable, me explota la cara del color que mi piel me permite, cuando somos nosotros -Anouk, Escribidor- los que debemos adaptarnos al no decir de los demás, al "hay gente que no le importa". Quizás sea la conducta del más sabio, del que sabe y calla, justamente porque sabe.
Sólo quería que lo sepas: me haces bien, aunque yo no te haga absolutamente nada, solamente que estes ahí y verte.
        Pero ésta sí que es una cruzada que voy a mantener conmigo mismo y los demás, aunque tenga que andar sufriendo y llorando, como ahora, por esas consecuencias de haber dicho, de haber confrontado -en el mejor sentido: el de los ojos y las palabras que chocan y se ven en el aire, casi invisibles-, de haberme mostrado como puedo y como soy.
        No voy a dejar que ante mí se interponga el "y... dejala, es así", porque esa obediencia juega en contra también de mí mismo, que soy así: yo hablaré cuando me haga falta, de la misma manera que otros callan cuando se les canta el carajo. No quiero un mundo de murmullos y de voces que no digan nada: quiero el increíble espacio que nos abre la boca y que ejerce una influencia imposible e impensanda en nosotros yotros. Y cuando haya silencio, será porque estaré vacío y feliz. O terriblemente desecho, con la palabra hecha fiebre, angina o sexo, o la playa de noche hablándome del mar y de las noches que no tendré otra vez.
- Y voy a hacer de cuenta como que no dijiste nada - me dijo.
        ¿Por qué muchas personas temen la confrontación? ¿Qué es lo que las palabras tienen de peligroso para intentar descubrir nuestros sentimientos? No encuentro nada más maravilloso que una palabra para decir/me mi adentro, así como no hay algo tan exacto como un beso para decir "te quiero", o un abrazo para un "acá estoy".
        Y entonces no encuentro explicación a la gente que rehúsa a hablar los temas que son de uno, pero que incumben enroscadamente al otro; como todo en esta vida, enroscado, la letra y el habla, a veces, nos ayudan a estirar ese rollo que se nos hace en el pecho y que tiene la cara enmarañada de todas las personas que se mezclan y se confunden.
        Y me resulta casi insoportable, me explota la cara del color que mi piel me permite, cuando somos nosotros -Anouk, Escribidor- los que debemos adaptarnos al no decir de los demás, al "hay gente que no le importa". Quizás sea la conducta del más sabio, del que sabe y calla, justamente porque sabe.
Sólo quería que lo sepas: me haces bien, aunque yo no te haga absolutamente nada, solamente que estes ahí y verte.
        Pero ésta sí que es una cruzada que voy a mantener conmigo mismo y los demás, aunque tenga que andar sufriendo y llorando, como ahora, por esas consecuencias de haber dicho, de haber confrontado -en el mejor sentido: el de los ojos y las palabras que chocan y se ven en el aire, casi invisibles-, de haberme mostrado como puedo y como soy.
        No voy a dejar que ante mí se interponga el "y... dejala, es así", porque esa obediencia juega en contra también de mí mismo, que soy así: yo hablaré cuando me haga falta, de la misma manera que otros callan cuando se les canta el carajo. No quiero un mundo de murmullos y de voces que no digan nada: quiero el increíble espacio que nos abre la boca y que ejerce una influencia imposible e impensanda en nosotros yotros. Y cuando haya silencio, será porque estaré vacío y feliz. O terriblemente desecho, con la palabra hecha fiebre, angina o sexo, o la playa de noche hablándome del mar y de las noches que no tendré otra vez.
- Y voy a hacer de cuenta como que no dijiste nada - me dijo.
3 Comments:
Esa frase... no debería haber leído esto con Wilco de fondo...
Fría, terráquea, Corporativa, Capitalista...
Esa frase... no está nada bien en este lado del mundo.
Anouk
El frío de esa frase prendió desde adentro en mí no-Roger, más que este inviernazo apurado e implacable; y le trajo la Angina Divina que lo hizo delirar de fiebre y olvidar un poco.
Somatizar, que le dicen...
Uff. Me removió las entrañas esto... me hizo sentirme muy identificada con la situación y con la postura, que también yo tomo.
Lamentablemente, a mí también me importa que no le importe.
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