Terror a la pereza
        Estar tirado, vaso de gaseosa, sanguche de jamón y queso, televisión: imagen actual de pereza.
        Diferencias de elementos aparte (galletas y musica, sillón), pocos de mis conocidos no han compartido esta escena, la han anhelado, recordado con nostalgia mientras controlan remitos en la hora número seis de trabajo corrido o repiten por vigésima octava vez consecutiva la frase célebre que salvará un exámen. Yo, pude darme cuenta hoy, le tengo un terror indescriptible. Me paraliza el pensamiento, me bloquea algebras de libros leídos por año que se enfrentan a mujeres peleándose por el tiempo a ocupar; la idea de eterna pereza me hace respirar entrecortado, casi con pánico (alguien sabrá de esa sensación espantosa de asfixia); me tuerce la cara y parece que intentara muy lejos con esta míopia o como si tuviera un dolor imposible de oído.
        Soy perezoso y me vienen ganas de llorar, antes que de hacer cosas. No puedo escribir, me aterro al imaginarme en medio de una biblioteca, tan sólo abriendo un casillerito (supongamos que vaya desde Am-Ar) y sabiendo que esas simples fichas poseen más de lo que jamás voy a leer en toda mi vida. Y la música, y las ciudades y las rutas y mi papá, y yo mismo. Quizás también sea una inquietud que la quietud no calma, un deseo de movimiento, un tirar desde una punta como si tuviera dentro un ovillo de vida, no sé.
        Es ridículo, esto sí lo sé: el miedo a la pereza esconde el de la muerte. ¿Y qué es el miedo a la muerte, sino la falta de tiempo? Imagino una ironía borgeana sobre la inmortalidad, y la idea de un ser-yo esencial que configura mi alma perezosa se vuelve vapor: si fuera inmortal, entonces estaría recostado infinitamente.
        En el acaso de la nada quizás me aguarden los sillones y el aire del éter se exhale de compañías...
        Diferencias de elementos aparte (galletas y musica, sillón), pocos de mis conocidos no han compartido esta escena, la han anhelado, recordado con nostalgia mientras controlan remitos en la hora número seis de trabajo corrido o repiten por vigésima octava vez consecutiva la frase célebre que salvará un exámen. Yo, pude darme cuenta hoy, le tengo un terror indescriptible. Me paraliza el pensamiento, me bloquea algebras de libros leídos por año que se enfrentan a mujeres peleándose por el tiempo a ocupar; la idea de eterna pereza me hace respirar entrecortado, casi con pánico (alguien sabrá de esa sensación espantosa de asfixia); me tuerce la cara y parece que intentara muy lejos con esta míopia o como si tuviera un dolor imposible de oído.
        Soy perezoso y me vienen ganas de llorar, antes que de hacer cosas. No puedo escribir, me aterro al imaginarme en medio de una biblioteca, tan sólo abriendo un casillerito (supongamos que vaya desde Am-Ar) y sabiendo que esas simples fichas poseen más de lo que jamás voy a leer en toda mi vida. Y la música, y las ciudades y las rutas y mi papá, y yo mismo. Quizás también sea una inquietud que la quietud no calma, un deseo de movimiento, un tirar desde una punta como si tuviera dentro un ovillo de vida, no sé.
        Es ridículo, esto sí lo sé: el miedo a la pereza esconde el de la muerte. ¿Y qué es el miedo a la muerte, sino la falta de tiempo? Imagino una ironía borgeana sobre la inmortalidad, y la idea de un ser-yo esencial que configura mi alma perezosa se vuelve vapor: si fuera inmortal, entonces estaría recostado infinitamente.
        En el acaso de la nada quizás me aguarden los sillones y el aire del éter se exhale de compañías...
8 Comments:
ufa! simplemente me encantó esto. la carita, esta vez, no la describo... pero haste una idea, es de pena; pena me da abrir ese fichero en la A... tanta, que a veces me paraliza.
hazte
(quedaba tan fea con S... me perdonará lo perfeccionista)
"¿Y qué es el miedo a la muerte, sino la falta de tiempo?"
Me guardo este pedazo para mi cajita de certezas.
"si fuera inmortal, entonces estaría recostado infinitamente"
yo también. Supongo que lo unico que me saca de la horizontalidad es el anhelo de hacer cosas.. de darle forma a mis sueños recorriendo los inevitables caminos del trabajo, el estudio.
Pero amo el ocio, el hacer nada "productivo", el remoloneo.
Saludos
roger
pensaba en que... nada.
quiero decir ¿siempre va a tener razón borges?
Cosmos.
Quedaba lindo con S, me hacía también la idea.
Lopez.
En realidad esa frase, ahora que la pienso, es tan incompleta y erudita como falsa: el miedo a la muerte también es no poder tener cajitas de certezas, ni amigos, ni nada. Si tuviera todo el tiempo, le tendría miedo a las certezas, porque me persiguirían para siempre y siempre.
Lelaina.
Yo lo amo también, por eso me da terror.
Voyeur.
Creo que no. Para empezar, en este caso no puedo imaginarlo en compañía, asi como tampoco él podía imaginarse después de muerto.
"la muerte es la falta de tiempo" y eso "genera asfixia"...Tanta precisión Roger me hace sentir que me falta el aire. Y usted es como alguna vez dijo "quien no se identifica con un personaje..?"
Anonymous.
Quién sos? Cuándo dije eso y por qué lo recordas?
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