martes, junio 14, 2005

Meditaciones para relajarme.

        Con la rabia profunda; con la hipocresía de actor de bitácora y el aburrimiento vistiendo las máscaras de la angustia y la soledad. Solo y desconsolado. Bruto como un perro y buen amigo. Un pobre hombre atrapado entre sí mismo y los demás, envidioso de las nadas ajenas que parecen tener un destino o al menos un disfrutar esa ignorancia dulce de las amarguras estúpidas y humanas de la vida. Furioso, medio loco, tan traquilo como para teclear estos botoncitos y no salir a esquivar coches por la avenida, siempre tendiendo hacia el delirio literario y poquito, a veces, al de carne y hueso.
        ¿Te molesta verte en lo que lees? Una prosa de ladrillos pero que forman la pared que devuelve tu imagen. Acá estas viendo tu desidia, tu hostilidad para con vos mismo y de los demás hacia vos. Sï, es feo que esta mierda venga, pedante, a decir a su vez tanta mierda. Es regenerativa y cíclica como los chupamedias en las empresas y en el colegio.
        Igual todos tenemos nuestros días buenos y los otros malos. Somos un poco de cada cosa. Por ejemplo: ayer me molestaba, pese a mis efuerzos de progre adolescente, ver a un perro cagando en la esquina de mi casa, y, qué joda, hoy podría ponerme yo mismo a defecar en mi comedor con tal de agarrarme a las puteadas con mi mamá, que quiere que yo esto y lo otro, y que vos esto y lo otro; no la culpo (aunque la enfrento) porque hace lo mismo que quiero yo de mí y de otros, sabiendo que me equivoco pero duro como una tabla.

        Esto fue lo que dejó el acto expiatorio: un par de insultos, un reconocimiento superficial de mi situación anímica, una reconfirmación de mi amorfa letra, y un gran alivio, un placebo fantástico y mediocre, como el texto en sí. ¡Qué cerca todo esto de mi pensamiento! Fantástico, mediocre, representativo, falso y común, sencillo como las amistades, infructuoso y placentero como un buen vaso de cerveza o una cogida (o noche de amor sexual).
        Quisiera no que la vida sea más fácil, sino no saber que es díficil. Allí me movería como un pez de asfalto con rueditas de bicicleta y conquistaría mujeres con los cordones de las zapatillas; tendría el corazon de plastico y jugaría a voltear latitas con medias de lana.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

En serio extrañaba este Roger. Por suerte ha vuelto a hacerme compañía.

5:31 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Excelente...acabo de mirarme en el espejo!

11:32 a. m.  

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