jueves, junio 16, 2005

Termina el desfile

Si yo tuviera este amor frente al teclado, Reinaldo, las cosas lindas que diría de vos y de las cosas... Por lo pronto, sigo esquivando edificios y fantasmas de bancarios que me persiguen con un sello que lleva mi nombre.

The Parade ends

Paseos por las calles que revientan,
pues las cañerias ya no dan más
por entre edificios que
hay que esquivar,
pues se nos vienen encima,
por entre hoscos rostros que
nos escrutan y sentencian,
por entre establecimientos cerrados,
mercados cerrados,
cines cerrados,
parques cerrados,
cafeterías cerradas.
Exhibiendo a veces carteles
(justificaciones) ya polvorientos,
CERRADO POR REFORMAS,
CERRADO POR REPARACIóN.
¿Que tipo de reparación?
¿Cuándo termina dicha reparación,
dicha reforma?
¿Cuándo, por lo menos,
empezará?
Cerrado...cerrado...cerrado...
todo cerrado...
Llego, abro los innumerables candados,
subo corriendo la improvisada escalera.
Ahí está, ella, aguardandome.
La descubro, retiro la lona y contemplo
sus polvorientas y frias dimensiones.
Le quito el polvo y vuelvo a pasarle la mano.
Con pequeñas palmadas limpio
su lomo, su base, sus costados.
Me siento, desesperado, feliz,
a su lado, frente a ella,
paso las manos por su teclado, y,
rápidamente, todo se pone en marcha.
El ta ta, el tintineo, la música comienza,
poco a poco, ya más rápido
ahora, a toda velocidad.
Paredes, árboles, calles,
catedrales, rostros y playas,
celdas, miniceldas,
grandes celdas,
noche estrellada, pies
desnudos, pinares, nubes,
centenares, miles,
un millón de cotorras
taburetes y una enredadera.
Todo acude, todo llega,
todos vienen.
Los muros se ensanchan, el techo
desaparece y, naturalmente, flotas,
flotas, flotas arrancado, arrastrado,
elevado,
llevado, transportado, eternizado,
salvado, en aras, y,
por esa minúscula y
constante cadencia,
por esa música,
por ese ta ta incesante.


        Reinaldo Arenas

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Lo único bueno de este blog es cuando hay post de otros.

Guido

6:01 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home