viernes, marzo 03, 2006

Gualeguaychú: Representaciones (II)

        Con ese estado de exitación mezcla de asco y nostalgia, desde afuera miraba cómo una comparsera era centro de un corro, de un grupete. Bailaba de fiesta y excitaba. Se aplaudía, se codiciaba, y también se envidiaba.
        Finalmente, por azar o por cansancio, dejó de ser el centro geográfico y de atracción; se fue, orgullosa de ser única y primera por un momento y en un ínfimo lugar de la tierra, es decir: eternamente.
        Debido a la repetición y la representación, el ser humano -siguiendo a Camus y a Ortega y Gasset, para no robarles- es continuamente sustituciones. Entonces llegaron los hombres saltando y reboleando las remeras a ocupar ese vacío de pezones y caderas, cuyo blanco de baldosas amenazaba dispersar el baile espontáneo en el epicentro del carnaval callejero.
        No me extrañó que fuera asi (y participé contra mi voluntad), pensado inversamente: en cada congregación de hombres, incluso de uno solo consigo mismo, una mujer llega para ocupar espacios y desbaratar usos y costumbres (quién haya perdido frecuencia con un amigo por estas mágicas razones, no puede sino reflexionar en disculparse).
        Hay algo menos etéreo que social en la contemplación escenográfica y totalitaria de las mujeres (quizás tan machista como económico y físico -sólo basta hojear los clasificados u ojear una revista- pero sin embargo tristemente secundario y que algunas mujeres bailadoras de su ego están dispuestas a representar) que otra vez ese sí-lugar de nuestro tiempo la representó en toda su realidad, quitandole algo de su encanto invisible.

1 Comments:

Blogger luzpearson said...

en una visita rápida por blogs, comprobé que varios estamos bailando o en bailes.
(porque sí leí el post de abajo para arriba, de a párrafos: también funciona)

2:04 a. m.  

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