martes, junio 15, 2004

Trabajo nocturno

        Un fragmento más de los Diálogos de Ariel Benedeto, por Olga Ávila Culrid. Quiero reponerles brevemente el contexto: una selección de postulantes en la que Ariel presencia la incómoda charla:

- Pero escuchemé ¿por qué no me pregunta mi disponibilidad horaria?
- No es lo que estamos buscando, sólo eso.
-¡No mienta, se lo preguntó a todos menos a mí!
- Señorita, cuando yo pregunté por hobbies me refería a aquellos que no fueran tan... demandantes.
- ¡¿Pero por qué no te matas?! Y para que sepas... puedo trabajar por la mañana; mi otro trabajo no entorpece, si eso es lo que tanto te molesta. ¡Hijo de puta!.

sábado, junio 12, 2004

Agostos

        Esforzándose por ocultar su lúgubre apariencia, vestido con algunos niños que cansaban sus sueños a gritos y corridas, andaba el otoño, sentado en una plaza apenas maquillada para la ocasión, con el pasto hecho tierra a causa del frío. Con su cara helada, su nariz roja y los ojos como un cristal labrado por la nostalgia, imaginando su destino, repitiéndose algún pasado que creía recordar, andaba el otoño. Contenía las lágrimas, cargando el cielo de una impotencia gris y pesada, sólo para sentirse acompañada: un llanto minúsculo provocaría que aquellos niños abandonasen la fantasía de olvidar el tiempo e imaginar el espacio -tal cuál él hacía ahora- para correr hacia alguna cintura materna donde cobijar sus primeros temores silvestres. Así y todo, sus ojos estaban recargados de nubes.

        - No llores; jamás volverás a sentirte así de sola -dijo la primavera, en un susurro que revolucionó unas últimas hojas y que sofocó pares de ojos sedientos de ligeras polleras en la otra vereda, cuando vio al gélido agosto con la cabeza gacha y una bufanda raída, hundido en su propia melancolía, errando las calles de la plaza, con las manos en los bolsillos.

        - Prométeme entonces -contestó el otoño, con sus pestañas nubladas- que nunca más seré un socio de la soledad y que podré usar tu brillo a mi antojo y recordar con emoción tu nombre cuando, de lunes a lunes, deba trabajar a voluntad de la tristeza y ya no tenga yo, exceptuando algunas noches de sábado, apenados atardeceres de domingo y no más que lamentos para ofrecer.

        Cuentan que la primavera, entonces, recogió cierta cantidad de lágrimas caídas para devolverlas a las copas de los árboles, miró al sol por sobre el hombro buscando una cómplice piedad para con la estación del frío, dejó una margarita sobre aquél y nunca más nadie volvió a verla junto a agosto. De vez en cuando, apenas si, compasiva, lo invita a pasear por su septiembre de lozanos verdes y flores, de bancos recién pintados, de plazas asidas hace 5 minutos, donde los agnósticos del amor vuelven para rayar corazones.

martes, junio 08, 2004

Misterios

        Creo haber ya "publicado" este "poema", "pero" de todos modos, aquí lo dejo, o, mejor dicho, aquí y así se deja él a través mío.

¿Quién existe detrás de los espejos,
qué ensaya el silencio del otro lado
de las puertas? ¿Quién desliza su mano
sobre el cofre lacrado de los sueños?

¿Qué misterios arropa lo sencillo,
qué sencillez esconden los misterios?
¿Qué habrá que dar por cierto? ¿Por qué han dicho,
ab aeterno, al cielo o al infierno,

si ocultan mi sentencia en un sumario?
Mentira o verdad de escapulario.
¿Veneramos las huellas, la falsía

desprovista de razones? La vida
tan inextricable, premonitoria
urde, holla, castiga en demasía.

sábado, junio 05, 2004

El palíndromo de hoy

        Han vuelto, y más amenazantes que nunca.

Solo, nada deseo yo: ese da, dan, o los...

jueves, junio 03, 2004

Derroteros

        Quise rescatar ésto de una amiga, sin darle jucios "literarios" de valor; como si yo o alguien fuera tal para darlos. Además, creo que justamente la ausencia de "literaturidad" es lo buscado, como burla a lo no literario o a lo que pretende enmarcarse en algún cannon, en alguna regla preciosa a seguir. Es una tomada de pelo a los artificios de la palabra, al lujo estúpido, al decir las cosas de otra manera, sin decir nada. Los Diálogos de Ariel Benedeto, de Olga, son realmente reflejos y no lo son: como siempre en ella, todo es y no es. Pude haberselo dedicado a Chris, de haber sido mío; tal vez a mí mismo, tambien.

en el desaliento caben
mil derrotas y derroteros
en cambio
en el entusiasmo
apenas entra
el singular exito de la esperanza

        Olga Ávila Culrid


        - Pero me entendés vos lo que te digo ¿no, Adrián? Me quema, esta ciudad me quema. Las calles, así frías, pobladas, me abrasan. No sé desde cuándo es esto; pero es ¿entendes? O sea, tanto todo no debe haber cambiado, no puede haber cambiado. Algo mío debe ser, otra no queda. Veo a todos caminando, a todos pareciendo ser alguien, yendo seguros a un destino encarrilado y yo errando, mirando éso como una miseria, una ignorancia que los hace tan felices y tan seguros, que me quema. Voy a tomar algo y lo mismo, a ver si me entendés. Todos iguales, vestidos iguales, siempre exageradamente alegres, una desmesura que me supera. Je, desmesura que me supera... Bueno ¿entendés? Che, no se lava todavía, eh; y eso que quema como la mierda.
        Despues Adrián está lo que hablabamos siempre, que a vos a veces también te pasa: no encuentro nada que justifique mi existencia, que me la justifique a mí mismo, conmigo mismo. Obvio que al viejo le rebalsa que yo me reciba el año que viene, pero para mi es una pelotudez terrible. Qué sé yo, la ceremonia, el besito, la boludez. Hoy sos el centro de ese mundito frívolo de la familia, que importa muy poco porque no te conocen un carajo en realidad, y mañana cada cual se mete en su agujero, pero ninguno lo demuestra, eso me parece a mi.
        La canción de Sabina ¿viste? Eso me revuelve la cabeza, si mi vieja se marchita viendo Falcon Crest y piensa quién le ha robado el mes de abril. Una grosera te tiro, pero.. ¿tu vieja se calentará con algún pibe de cuando era joven; habrá querido ser, no sé, arquitecta, ponele, o irse con Alicia como si fueran Thelma y Louis, ja ja? Viste, que se yo. Pero están todos como... vacíos, como aburguesados de tanta ciudad. Que la ropita ésto, que se casa tal, que los clasificados, que tenés 28 años... Y a mi me mata. Busqué todo el verano la palabra y es que ésto me quema. Es tan ridiculo todo el mundo, todas las vidas, que no puedo... no se, es una cagada. Está bien, a veces me digo, dale hermano, tenes 28 años, no te podes seguir haciendo la paja, buscate otro laburo, ganate tu guita... pero es todo como un arranque de cordura recontra breve, como que vuelvo al punto donde se abrió la tangente, pero como que vuelvo sólo para volver a abrirme y quemarme de nuevo, me abro del mundo frío que veo en los demás y... no soy así, no sé.. y todas las conversaciones siempre derivan en la cursileria, nadie dice, que sé yo, me cansé de vivir pero no me mato porque esa es la fácil, quiero asumir la responsabilidad de tener 8 años, sentarme en la arena de la playa a las nueve de la noche y saberme una cagadita tan solo abajo de las estrellas que te sentis inmesamente importante.
        A ver, la idea es esta, escuchá: a Fede le va para la mierda ¿no?; a vos más o menos te va... bien; sí, Adrián, dejate de hinchar las bolas, te va bien, no jodamos. Bueno, no importa, a lo que voy...: seas, no sé, Tinelli o el que te limpia el vidrio, toda la plata o un paria que... ¿no? Lo que digo es, cuantas noches de almohada te cambio todo eso que tuviste o que no tenés ¿entendés? El último para mi. ¿Cuántas? Yo hace año y medio que vengo sintiendo cosas en el pecho que no sé si las sienten todos, no puedo conmigo; las minas es como si no, me novia de la... me canso de las novias pero como soy yo, las necesito, pero a veces prefiero a la que no existe, o a veces, cagate de risa, me voy a dormir sólo para soñar con alguna y que en el sueño viva para mi...
        ¿Nadie se desgarra a la noche, nadie camina viendo a la gente como un absurdo, nadie escribe poesía porque el mundo se le va a la mierda, nadie sa cansa de leer el puto diario todos los días? Veo todo como que los standares son equivocados, las escalas morales son minimas, nadie duerme para soñar sino para dormir hasta las tres de la tarde, y todos andan como si nada. Porai la vida es eso ¿entendes, Adrián? Gracias, muy rico. ¿Entendes? Un grupito de amigos, un libro, dibujarme algo, menos presionarse, menos exigirse, y no digo por la carrera o por el departamento, boludeces, me chupan un huevo. Digo exigirse con uno mismo, con el espíritu de uno. Cuando agarro las hojitas en blanco y quiero dibujar algo.. me da miedo enfrentarme... es como si.. no se, yo tengo la idea de que el arte me salva, pero no puedo andar diciendo "me salvó el arte"; "¿te salvó de qué, ganzo?", me van a decir; "viví". Pero bueno, es lo que siento yo ¿viste?. Pero tengo miedo de ponerme a dibujar y dibujar... tres horas, no sé, prefiero poner la tele, tomarme un mate, cualquier cosa, "vivir". Ya sé que no voy a ser... cualquiera, nadie, no sé, dibujaré para mi y para unos más, pinto un sillón retapizado de marrón suspendido en un cielo bastante celeste, con algunas nubecitas, bueno, lo viste, y me represento cosas que quise decir, despues ustedes lo sobre-interpretan y a mi me da felicidad ese cachito, por un rato. Pero no me pongo a dibujar porque la hoja en
blanco es en realidad lo que me salva ¿entendes? Cuando la completo de colores, de líneas, objetos, cagué. Lo que yo creo que me salva es el arte, dibujar, pero si lo hago, ya no me salva mas. Y eso es tortuoso, es otra de las cosas que me queman: que mi esperanza es mi fin. Es de lo que nos cagabamos de risa el otro dia: el famoso "hoy no se fia, mañana si", ja ja ja, pero es asi. Me estoy fiando mi existencia, o sea, no estoy haciendo nada y por mas que haga es igual, siempre me voy a estar cuestionando porque no puedo conformarme con esos placeres efímeros que me doy o que se aparecen, que la gente parece explotar al mango como el asadito, el boliche, ¡ir a la cancha! No sabés lo banal que me parece el fútbol ahora... No puedo, porque después la desolación es peor, me quema todavía más. ¿Entendes? Soy yo mismo atrapado en el refrán "donde hubo fuego, cenizas quedan". No sé, no sé... ¿vos Adrián qué pensas?

        -No, sabés Ari que me colgué, tenía el encendedor acá y... ¿vos fuego no tenés, no?

        -No, no.

Nota de Roger W.: las separaciones en párrafos son mías para que ustedes puedan leer íntegro el texto sin aburrirse. Es tan difícil a veces...

La vuelta de la esquina

¿La vuelta de la esquina el infinito,
la vida de los sueños la primicia?
Y yo... lamento darme esta noticia:
me copio de mi imagen manuscritos,

palabras y signos que jamás seré.
Pienso pensándome, juego de espejos.
Proemio inextricable -hondo, breve-
del sordo hueco ampara en el endrino

mundo de antojos de las vagas sombras
al reflejo de costrumbes y afanes,
rostros labrados, máscaras de adanes.

Si quien no soy en mi silencio ahonda,
doblaré la esquina, soñaré un sueño:
de vida, astillas huerfanas de dueño.