lunes, junio 27, 2005

A estas horas, aquí

        Como la otra cara del post que acá preanuncio -el de la fiesta, inexplicable y eterna durante todos los tiempos-, es este poema hermoso de Sabines, que es mío; tan mío como soy yo de esas fiestas que me tienen y destienen y me asolan y me dejan solo, aquí, a estas horas, a deshoras...
        Quizás podría Guido dedicárselo a Nicolas, pero yo -que poco o nada los conozco a ambos- se lo dedico a Anouk, que es (a qué engañarnos) como dedicármelo a mí mismo para sentirme cerca de ella.

A ESTAS HORAS, AQUI

Habría que bailar ese danzón que tocan en el cabaret de abajo, dejar mi cuarto encerrado
y bajar a bailar entre borrachos.
Uno es un tonto en una cama acostado,
sin mujer, aburrido, pensando, sólo pensando.
No tengo "hambre de amor", pero no quiero
pasar todas las noches embrocado mirándome los brazos,
o, apagada la luz, trazando líneas con la luz del cigarro.
Leer, o recordar,
o sentirme tufos de literato,
o esperar algo.
Habría que bajar a una calle desierta
y con las manos en la bolsas, despacio,
caminar con mis pies e irles diciendo:
uno, dos, tres, cuatro...

Este cielo de México es obscuro,
lleno de gatos,
con estrellas miedosas
y con el aire apretado.
(Anoche, sin embargo, había llovido
y era fresco, amoroso, delgado.)
Hoy habría que pasármela llorando
en una acera húmeda, al pie de un árbol,
o esperar un tranvía escandaloso
para gritar con fuerzas, bien alto.
Si yo tuviera un perro podría acariciarlo.
Si yo tuviera un hijo le enseñaría mi retrato
o le diría un cuento
que no dijera nada, pero que fuera largo.

Yo ya no quiero, no, yo ya no quiero
seguir todas las noches vigilando
cuándo voy a dormirme, cuándo.
Yo lo que quiero es que pase algo,
que me muera de veras
o que de veras esté fastidiado,
o cuando menos que se caiga el techo
de mi casa un rato.
La jaula que me cuente sus amores con el canario.
La pobre luna, a la que todavía le cantan los gitanos,
y la dulce luna de mi armario,
que me digan algo,
que me hablen en metáforas, como dicen que hablan,
este vino es amargo,
bajo la lengua tengo un escarabajo.

¡Qué bueno que se quedara mi cuarto
toda la noche solo, hecho un tonto, mirando!


        Jaime Sabines

jueves, junio 23, 2005

Paula a la hora de dormir

Paula a la hora de dormir
Y ella se arrima y se recuesta
con él en la lugubre muralla.

        Mario Benedetti, "Verde y sin Paula"

La noche toda, Paula.
Mis medias de lana por el suelo,
los placares contentos, mi cara de amargado
sobre el amargo dulzor de la saliva que se traga y piensa,
esa saliva que no haces tuya, dulce, dulce
en ésta, esta invertida noche
donde te siento al borde de mi cama y de mi pecho.

Que se borren tus ojos de mis nocturnos muros.
¡No! No me veas así.
Quita tus ojos de muñeca de tu techo y date el sueño.
Dejá de recordarme, Paula, y dame el sueño,
dejame con el sueño sin vos,
las plazas sin vos,
Benedetti sin vos,
diarios sin vos,
sin vos esta noche toda, al menos.
Ya quiero pensar alado y rebelde en las baldosas y en los jefes,
en el amor, ese misterio que se asoma,
pensar difuntos y problemas hasta darme risa,
desbordarme de hombre y de absurdo y solo.

Llegará prontamente el sueño y las conquistas,
mis trenes -donde se arroja abajo gente que no muere
y se levanta-,
las piezas en donde soy yo hasta ser pequeño
y no reconocerme,
los números de teléfono, la codicia culpable
y algunas extrañas palabras sueltas que me asaltan
y no descifro.
Ya esta noche toda va dándose vuelta:
no extraño más que al sueño y a mi mismo;
mudo empleos, talentos, al oro y a los pobres;
cambio mi nariz, mis musculos;
contraigo y mezclo al universo entero
-que reduzco a desamor, a trabajo y a la acción del sueño-
mientras las paredes cambian, cambian de horizonte,
abrumadas de encierro ennegrecidas.
El cielo de mi habitación, muy solitario, es un techo y un piso
donde patas para arriba, sola, sola y dormida,
Paula, sobre las luces ultimas del pensamiento
se arrima y se recuesta tu telón negro acariciado
y yo me duermo.

martes, junio 21, 2005

Ejemplo acerca de la forma periodística para la construcción (en título y bajada) de una realidad

CLARÍN

Murió el represor Suárez Mason
El ex general, que tuvo un papel protagónico en la pasada dictadura militar, sufrió un ataque cardíaco. Se encontraba preso por delitos contra los derechos humanos.


INFOBAE

Falleció Carlos Suárez Mason
El ex jefe del I Cuerpo del Ejército murió a las 7.30 de hoy en el Hospital Militar Central, según confirmaron a Infobae.com fuentes oficiales. Enfrentaba varias acusaciones ante la Justicia.

LA NACION

Murió Suárez Mason
A los 81 años, falleció el ex general como consecuencia de un paro cardíaco; estaba preso por el delito de apropiación de menores.


        1. Me encanta que en Infobae le digan "Carlos" y "Ex jefe del I Cuerpo del Ejército".
        2. Sin duda "acusaciones ante la Justicia" es insuperable (primero porque para la derecha la justicia es con mayúsculas siempre, y segundo porque incluye desde una deuda entre particulares hasta un fusilamiento).
        3. Pero lo de Clarín es meritorio: no recordaron que estaba preso por apropiación ilegal de menores durante la dictadura... y eso no tiene nada que ver con las acusaciones extrajudiciales que pesan sobre la señora de Noble por la misma causa.
        4. ¿Por qué jefe de Ejército y no General? Será que Suarez Mason era miembro de una institución y no tenía rango dentro de un Gobierno tomado por las armas.
        5. "Enfrentaba": de la RAE: Afrontar, hacer frente . Esto es, soportar o ponerse ante -sin ninguna alusión a la inocencia o la culpabilidad, por supuesto.
        6. Siempre Infobae tiene "oficiales" como fuentes.
        7. Lástima que Página 12 no tiene servicio de noticias en internet, hubiera dado mucho por saber cómo explicaban que Suarez Mason "sufrió" un ataque cardíaco.
        8. ...

jueves, junio 16, 2005

Termina el desfile

Si yo tuviera este amor frente al teclado, Reinaldo, las cosas lindas que diría de vos y de las cosas... Por lo pronto, sigo esquivando edificios y fantasmas de bancarios que me persiguen con un sello que lleva mi nombre.

The Parade ends

Paseos por las calles que revientan,
pues las cañerias ya no dan más
por entre edificios que
hay que esquivar,
pues se nos vienen encima,
por entre hoscos rostros que
nos escrutan y sentencian,
por entre establecimientos cerrados,
mercados cerrados,
cines cerrados,
parques cerrados,
cafeterías cerradas.
Exhibiendo a veces carteles
(justificaciones) ya polvorientos,
CERRADO POR REFORMAS,
CERRADO POR REPARACIóN.
¿Que tipo de reparación?
¿Cuándo termina dicha reparación,
dicha reforma?
¿Cuándo, por lo menos,
empezará?
Cerrado...cerrado...cerrado...
todo cerrado...
Llego, abro los innumerables candados,
subo corriendo la improvisada escalera.
Ahí está, ella, aguardandome.
La descubro, retiro la lona y contemplo
sus polvorientas y frias dimensiones.
Le quito el polvo y vuelvo a pasarle la mano.
Con pequeñas palmadas limpio
su lomo, su base, sus costados.
Me siento, desesperado, feliz,
a su lado, frente a ella,
paso las manos por su teclado, y,
rápidamente, todo se pone en marcha.
El ta ta, el tintineo, la música comienza,
poco a poco, ya más rápido
ahora, a toda velocidad.
Paredes, árboles, calles,
catedrales, rostros y playas,
celdas, miniceldas,
grandes celdas,
noche estrellada, pies
desnudos, pinares, nubes,
centenares, miles,
un millón de cotorras
taburetes y una enredadera.
Todo acude, todo llega,
todos vienen.
Los muros se ensanchan, el techo
desaparece y, naturalmente, flotas,
flotas, flotas arrancado, arrastrado,
elevado,
llevado, transportado, eternizado,
salvado, en aras, y,
por esa minúscula y
constante cadencia,
por esa música,
por ese ta ta incesante.


        Reinaldo Arenas

miércoles, junio 15, 2005

Cuando despierten

Y esto hago, desconocido Kavafis, de quien sólo conocía tu camino a Itaca, tu disfrute del camino más que de la ciudad; tu mito, el que redescubres, fue mi descubrimiento de vos. Perdón que te tutee, pero esta noche (en sí misma no es nada porque escucho lejana música y veo coches doblar la esquina) en que creo mueren los perros y enviudecen antiguas novias, me encontré, medio oculto -aburrido y moderno-, entre tus frases. Y me llamaste poeta.

CUANDO DESPIERTEN

Trata de guardarlas, poeta,
por más que sean pocas aquellas que se detienen.
Las visiones de tu amor.
Ponlas, medio ocultas, entre tus frases.
Trata de retenerles, poeta,
cuando despierten en tu mente
en la noche o en el fulgor del mediodía.


        Konstandinos Kavafis

martes, junio 14, 2005

Meditaciones para relajarme.

        Con la rabia profunda; con la hipocresía de actor de bitácora y el aburrimiento vistiendo las máscaras de la angustia y la soledad. Solo y desconsolado. Bruto como un perro y buen amigo. Un pobre hombre atrapado entre sí mismo y los demás, envidioso de las nadas ajenas que parecen tener un destino o al menos un disfrutar esa ignorancia dulce de las amarguras estúpidas y humanas de la vida. Furioso, medio loco, tan traquilo como para teclear estos botoncitos y no salir a esquivar coches por la avenida, siempre tendiendo hacia el delirio literario y poquito, a veces, al de carne y hueso.
        ¿Te molesta verte en lo que lees? Una prosa de ladrillos pero que forman la pared que devuelve tu imagen. Acá estas viendo tu desidia, tu hostilidad para con vos mismo y de los demás hacia vos. Sï, es feo que esta mierda venga, pedante, a decir a su vez tanta mierda. Es regenerativa y cíclica como los chupamedias en las empresas y en el colegio.
        Igual todos tenemos nuestros días buenos y los otros malos. Somos un poco de cada cosa. Por ejemplo: ayer me molestaba, pese a mis efuerzos de progre adolescente, ver a un perro cagando en la esquina de mi casa, y, qué joda, hoy podría ponerme yo mismo a defecar en mi comedor con tal de agarrarme a las puteadas con mi mamá, que quiere que yo esto y lo otro, y que vos esto y lo otro; no la culpo (aunque la enfrento) porque hace lo mismo que quiero yo de mí y de otros, sabiendo que me equivoco pero duro como una tabla.

        Esto fue lo que dejó el acto expiatorio: un par de insultos, un reconocimiento superficial de mi situación anímica, una reconfirmación de mi amorfa letra, y un gran alivio, un placebo fantástico y mediocre, como el texto en sí. ¡Qué cerca todo esto de mi pensamiento! Fantástico, mediocre, representativo, falso y común, sencillo como las amistades, infructuoso y placentero como un buen vaso de cerveza o una cogida (o noche de amor sexual).
        Quisiera no que la vida sea más fácil, sino no saber que es díficil. Allí me movería como un pez de asfalto con rueditas de bicicleta y conquistaría mujeres con los cordones de las zapatillas; tendría el corazon de plastico y jugaría a voltear latitas con medias de lana.

viernes, junio 10, 2005

Luna

Título arbitrario y común, bien podría ser cualquier otro. Nada más.

        ...ahí estaba, a la vuelta de la esquina,
        la luna celestial de cada día.

                Jorge Luis Borges

                A Christian Kofman

Luna, al amar impunemente usada
con bordar de pañuelos
para amarse a sí mismos,
vuelven murciélagos tus gaviotas
y te colman de eclipse,
una a una,
frente a mi mirarte tenaz y tonto
para atraparte
en noches cursis y espesas
a mi silencio.

Veo tu luz, tus luces de mil formas:
reflejo metal en los coches,
el medallón plateado que adorna la avenida
como un semáforo distante que amenaza
a quienes venden rosas apurados,
ojo de marfil que hipnotiza a las parejas
que no se acuestan,
tus grises rostros pintados por los niños
en perfiles absurdos y hermosos.

Yo estoy bajo tu sombra,
siento su peso que aletea y no la encuentro,
Luna nombrada, luna de todos.

Sin embargo, no estas conmigo
que te busco callado entre las ramas como piernas
y algunas veces te confundo con faroles
alumbrando la oscuridad como quien copia.
Antes que yo, del que menos te sabe y más te necesita,
girando juntos escondidos tras las nubes de cemento,
todos, hetaria de lentejuelas,
de olores a perfume y cigarillo,
en la noche mía de mi barrio.

Estoy bajo tu sombra, eclipsado
por mi nariz y por la historia,
retrasado por ventanas de los edificios más altos,
por astronautas, ocultado por poetas a contramano,
por dandys que conquistan con un dedo índice.
Soy tu otra cara
que yo mismo desconozco,
negra luna usada por todos los que no saben
que nada más el paso del menguante
puede modificar una vida.


Voy a enrrollarte de rencores
en una tarde que me ciegue
para que mueras de celos
y vuelvas a buscarme
cuando nadie te señale
y por tu espalda, la música nocturna en la ciudad.

domingo, junio 05, 2005

La muerte. El sueño recuperado. Lo real.

        I

        Se levantó de la cama impulsado. Bajó a la calle y caminó pegado a la pared. No sabía qué lo esperaba a la vuelta de la esquina, como se dice siempre. Se asomó a espiar. Y vió. Estaba su propia espalda que parecía, asomada, espiar a alguien. Entonces le tocó la espalda a la espalda y sintió que lo tocaban en la espalda. Se dió la vuelta y vio su propia cara. Murió de susto.

        II

        Al otro día los titulares de los diarios dijeron que dos hombres murieron de un paro cardíaco en un confuso episodio. La contracción de sus caras era tal que, próxima a una desfiguración, no dejaba reconocer sus rostros. Un testigo, que no quizo dar a conocer su identidad, afirma haber visto a un hombre de espaldas escapar doblando la esquina, por lo que la policía aún no ha podido dar con el sospechoso.

        III

        Off the record algunos vecinos dicen que existe un tercer e incluso un cuarto cadaver, pero que su develamiento podría traer consecuencias inimaginables al orden de lo real. El jefe del operativo desmiente completamente esta versión del episodio y afirma que "todo se debe a la alteración que sufre el barrio por estas horas luego de tan drámatico y misterioso hecho" y que "pronto se recuperará el sueño y la vida normal ya que para eso trabajan incansablemente las instituciones del Estado".

Fiebre de la noche por sábado

        ¿Y si afuera, en la calle, a medianoche como ahora mismo, se pasearan los tanques y los generales y sus pitos deseosos de entrometerse en alguna violación? ¿O si hubiera viejas tirando zanahorias y cajitas de preservativos mientras insultan a los dueños de los perros que los hacen cagar en la vereda? Si acá abajo, por qué no, de pronto se juntaran 700 personas a charlar sobre el calor que hizo antes de ayer y de calientes nomás -ellos esperaban una banda en vivo o una ejecución pública en un living de invitados, no van a salir para nada- empiezan a tirar piedras contra los autos y las persianas de las casas... Sería genial asomarse a la ventana y escuchar nada, nada, nada y de pronto un pedo o un ladrido. Y ponerse a llorar de pura costumbre, porque es sábado y las bocinas se tocan para cagarse de risa en la cara de la ley vial.
        A esta hora podrían estar suicidándose los gatos, nostálgicas las prostitutas, bondadosos los gerentes -pagándose una ronda de pis detrás de los árboles para todo el personal a cargo-, austeros los masturbadores. ¿Por qué no pueden empezar a jugar al ludo los semáforos, a leer los adolescentes, a matarse a tiros los árboles? Dicen que a la vuelta de alguna esquina cambian pretroleo por confites de los que traen adentro los huevos de pascua ¿Y un vasito de vino podría o no tomarse a un mozo mientras dos hielos salen corriendo -sabemos que el vino tinto no va con hielo salvo en las bailantas o en el almuerzo- y dejan todo enchastrado el piso y los manteles?
        Qué aburridas son las noches sin amigos, sin novia que llame por teléfono, sin boliches ni borrachos, sin una charla con papá y mirando un catalogo de zapatillas de croquet con una modelo divina en pelotas y zapatillas.