Chusma: poder e información
        El chusma no es esencialmente, como dicen, curioso, ni siquiera intrometido: es poderoso. Maneja información, y de la más importante y trascendente, es decir, la de las vidas de las personas.
        El secreto de otra vida vale en sí mismo, pero vale más por tener algo del otro y por tener eso que alguien quiere tener (que es tanto la información como un pedacito de aquella persona). Es un ladrón, un Robin Hood con saña, un periodista, un monarca y un mensajero, jugando entre sí, confusos.
        Debería prohibirse despreciar al chusma de antemano, sin juzgar su poder y su complejidad. Pero ahora mismo, después de este derrotero, traigo a las letras una clase de poderoso confiscador de porciones de vida que es necesario odiar con esa clase de odio que se agiganta al no poder ser indiferencia: los chusmas de los sentimientos.
        Jamás cuando dicen, por ejemplo, "está enamorado de" se refieren a un conocimiento efectivo (y mal guardado), sino a una suposición arbitraria y casi alucinante de los ánimos ajenos. Casi debería reformular mi visión sobre el chusma, ajustándola a este último detalle, pero sería injusto...
        Asi, por los siglos de los siglos, han deformado vidas que han pasado a ser obsesivas frente a los ojos de los demas, transformando un dolor o una alegria en una verdadera cruzada contra la mentira, en la que se pierden para desmentirla, transgrediendose por todos los costados de la emoción.
        Quizás así -me desvarío por última vez- se hayan perdido (y también ganado) cientos de relaciones posibles y fundamentales, cambiando una gran porción de la cotidiana historia de la humanidad, que la chusma canta y desvía.
        El secreto de otra vida vale en sí mismo, pero vale más por tener algo del otro y por tener eso que alguien quiere tener (que es tanto la información como un pedacito de aquella persona). Es un ladrón, un Robin Hood con saña, un periodista, un monarca y un mensajero, jugando entre sí, confusos.
        Debería prohibirse despreciar al chusma de antemano, sin juzgar su poder y su complejidad. Pero ahora mismo, después de este derrotero, traigo a las letras una clase de poderoso confiscador de porciones de vida que es necesario odiar con esa clase de odio que se agiganta al no poder ser indiferencia: los chusmas de los sentimientos.
        Jamás cuando dicen, por ejemplo, "está enamorado de" se refieren a un conocimiento efectivo (y mal guardado), sino a una suposición arbitraria y casi alucinante de los ánimos ajenos. Casi debería reformular mi visión sobre el chusma, ajustándola a este último detalle, pero sería injusto...
        Asi, por los siglos de los siglos, han deformado vidas que han pasado a ser obsesivas frente a los ojos de los demas, transformando un dolor o una alegria en una verdadera cruzada contra la mentira, en la que se pierden para desmentirla, transgrediendose por todos los costados de la emoción.
        Quizás así -me desvarío por última vez- se hayan perdido (y también ganado) cientos de relaciones posibles y fundamentales, cambiando una gran porción de la cotidiana historia de la humanidad, que la chusma canta y desvía.